‘Sin querer queriendo’, además de honrar el legado de Roberto Gómez Bolaños, revaloró el lugar de la madre de sus seis hijos.
San Miguel de Allende, Guanajuato — La exitosa bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, de HBO Max, fue presentada como una forma de honrar el trabajo y legado de Roberto Gómez Bolaños. Sin embargo, su nieta María Penella acotó que dentro de su familia han valorado también el lugar que le da a su abuela, Graciela Fernández, la primera esposa del comediante y madre de sus seis hijos.
Según palabras de Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito y productor de la serie, el objetivo era humanizar a un actor y escritor venerado en toda América Latina por sus personajes de El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado. En el proceso, reflejó todo el esfuerzo de Graciela para sostener la vida familiar y su dedicación absoluta a sus seis hijos.
Penella, actriz de 28 años, no sabe si a su abuela le habría gustado la posición tan mediática que ha ocupado en las últimas semanas, pero ella en lo personal ha disfrutado que la producción le diera un rostro y su lugar merecido en la historia.
En la serie de HBO Max, Graciela Fernández es interpretada por la actriz colombiana Paulina Dávila, y el personaje ha llamado la atención de todo el público, ya que a pesar de que siempre se conoció su existencia, nunca había estado en el ojo público.
“El día que se estrenó la serie pasé por coincidencia a un lado de la iglesia en donde ella está descansando y le eché un chiflidito, así como de: ‘Ay, abuela, hoy te voy a ver en otro plano, te mando muchos besos, te quiero mucho, te extraño’”, dijo Penella, hija de Marcela Gómez Fernández. “Yo creo que a todas y a todos en la familia nos hacía falta volverla a abrazar. Cuántas familias no hay en México en las que las mujeres son la columna vertebral, es muy bello que además mis tías se puedan ver ahí también”.
El programa está basado en la autobiografía del comediante y fue producida, además de Roberto Gómez Fernández, por su hermana Paulina Gómez Fernández.
La imagen del escritor y comediante siempre fue vista con admiración dentro de la familia su labor en la pantalla, algo que se extiende a sus nietos.
“Siento mucha alegría (de que pasen de nuevo los programas de Chespirito en televisión), los veo de vez en cuando, sobre todo cuando voy a comer a alguna fondita y lo tienen ahí puesto, es típico”, dijo Penella. “Me da mucho orgullo volver a reír y, sobre todo, que las nuevas generaciones lo puedan ver. Mi abuelo era un hombre muy sencillo, a veces hasta pecaba de humilde. Creo que yo peco de lo mismo”.
Sigue el legado
Penella ha seguido el legado artístico de su linaje y desde los 13 años comenzó a hacer teatro. Después se forjó en el exigente ritmo de las telenovelas y actualmente aparece en el melodrama Regalo de Vida, un papel para el que aprendió a andar en motocicleta.
Aunque no es novata en la carrera, sí se considera una debutante en el cine, ya que apenas este año se estrenó su película más grande, 1938, sobre la expropiación petrolera, dirigida por Sergio Olhovich y en la que comparte créditos con Ofelia Medina, Damián Alcázar y Daniel Giménez Cacho.
También asistió por primera vez a un encuentro cinematográfico, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), para presentar el cortometraje del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) Año de Casados, historia de ciencia ficción de Pablo López Camargo.
“La experiencia con Olhovich fue única porque es un maestro del cine. A veces digo que la película era de época en todos sentidos porque era hacer cine a la antigua, con un peso y una gravedad alrededor del maestro. Fue muy satisfactoria de presenciar”, explicó Penella. “Por otro lado, sí creo que las voces jóvenes son las voces de mañana, entonces es muy inspirador trabajar con personas que están empezando. También es muy refrescante y muy aleccionador, porque no conozco a persona que sepa más de cine que los compañeros del corto”.
ASÍ LO DIJO
“A mí me apapacha mucho el corazón, ahora todo el mundo conoce a mi abuela Chela”.
Fuente: Agencia Reforma